Mi Casa: Una Vida en Comunidad
‘Mi casa: Una Vida en Comunidad’ es un proyecto de innovación social de Plena inclusión España para promover la vida en comunidad de las Personas Con Discapacidad Intelectual y del Desarrollo (PCDID) que necesitan más apoyos.
Está financiado por el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España, a través de los fondos NextGenerationEU de la Unión Europea y se desarrolla entre 2022 y 2024.
- Una vida elegida y acorde al estilo y proyecto de vida de cada persona.
- Vivir con las necesidades básicas cubiertas.
- Además de las necesidades físicas, también se deben cubrir otras como la necesidad de sentirse seguro/a, querido/a y respetado/a.
- Y la necesidad de vivir en comunidades/entornos familiares que respeten la diversidad de cada persona, sean accesibles y estén adaptadas.
Nuestro objetivo
El proyecto «Mi Casa: Una Vida en Comunidad» de Plena Inclusión tiene como objetivo promover la desinstitucionalización y facilitar la integración de personas con discapacidad intelectual o del desarrollo en la comunidad, mediante la creación de viviendas inclusivas y el desarrollo de servicios de apoyo personalizados. Este proyecto es una iniciativa innovadora que busca transformar el modelo de cuidados de larga duración y mejorar la calidad de vida de los beneficiarios.
- Desinstitucionalización: Facilitar la transición de personas con discapacidad intelectual de entornos institucionales a viviendas en la comunidad.
- Prevención de Institucionalización: Proporcionar apoyos preventivos que eviten la necesidad de institucionalización futura.
- Transformación del Modelo de Cuidados: Promover un modelo de cuidados centrado en la persona, basado en la inclusión y la participación comunitaria.
"Mi Casa" en cifras
Desde el 1 de enero de 2022, 285 personas han hecho la transición de entornos institucionales a viviendas en comunidad, 38 de ellas en Castilla-La Mancha, con un 75% de ellas presentando grandes necesidades de apoyo. El proyecto ha facilitado la creación de 66 viviendas en comunidad y ofrece servicios de apoyo en horario de centro diurno a 191 personas. Además, se han integrado más de 1500 recursos comunitarios, 600 profesionales y 70 soluciones tecnológicas, contribuyendo a mejorar la calidad de vida y la inclusión social de las personas.
Plena inclusión ha impulsado la figura del «Conector Comunitario» como una estrategia para mejorar la inclusión social de personas vulnerables, especialmente aquellas con discapacidad intelectual o del desarrollo. Este rol, que puede ser desempeñado tanto por voluntarios como por profesionales, se centra en establecer y fortalecer los vínculos entre las personas en situación de vulnerabilidad y su entorno comunitario.
Los conectores comunitarios trabajan activamente para integrar a estas personas en actividades sociales, culturales y laborales, ayudándolas a superar barreras que puedan limitar su participación. Al facilitar el acceso a recursos y oportunidades en la comunidad, se busca reducir el aislamiento social, fomentar la autonomía personal y mejorar la calidad de vida. En última instancia, esta iniciativa pretende construir una sociedad más inclusiva, donde todas las personas puedan ejercer plenamente sus derechos y participar de manera equitativa en la vida comunitaria.